miércoles, 16 de junio de 2010

Pequeña aportación

Sé que fuera de fecha, pero como complemento, para quien le resulte interesante, he leio un documento para la asignatura de antropología e intervención social de Ruiz Ballesteros, que refleja de manera extensa una forma muy similar a la idea que pretendía trasmitir en el anterior escrito. De modo que os dejo el título y autor para quien quiera empaparse un poco en una realidad social "oculta".
Los datos que tengo sobre el texto son:
Implicaciones interdisciplinares. Solana J.L con Edgar Morin, "Por un pensamiento complejo". Capítulo 9, Intervención social, investigación participativa y coplejidad (Esteban Ballesteros)
Espero que os guste ;)

domingo, 13 de junio de 2010

En definitiva



Pienso que hay que cambiar las direcciones, tener más presente la dimensión de la conciencia y no tanto la material o física. La educación lo es todo, puede con todo, ella es la que nos hace como somos y nunca hubieron educadores para planificarlo.
En nuestras manos está hacer un mundo más cierto.



Reconozco que mi discurso es complejo y no sé si habré sabido transimitir la intención de mis mensajes. Sólo espero que los pocos conocimientos que poseo y las ideas por las que me muevo, os hayan sido de ayuda para reflexionar sobre vuestras propias concepciones y con ello podais ampliar, modificar o jugar con las ideas, tal y como en este espacio se pretendía.

Parece que se acaba...

Al fin llegó el momento que tantos jóvenes estábamos esperando, el verano se acerca y la rutina cambia... la asignatura, "intervención ante problemas de desaptación social", llega a su fin.

Recuerdo el comienzo del curso, y también de la segunda parte. Al principio creí entender de qué hablábamos cuando decíamos "intervención" y pensaba que en teoría ya no podría aprenderse mucho más. Luego, en el segundo comienzo, parece que me enfadé con el mundo: ¿por qué habríamos de pasar tanto tiempo sentados, aburridos, sin saber qué decir, como estúpidas máquinas junto a otras aún más estúpidas con las que ni si quiera podemos comunicarnos? pensaba.

Resulta intersante descubrir cómo cambiamos tanto en tan poco tiempo, ¿cierto?
Pero bueno, este último espacio no voy a dedicarlo a una reflexión sobre mí ni sobre los aspectos en los que considero haber cambiado mi opinión o los retos que haya superado, creo que eso debía decirse por sí sólo y yo debía de ser capaz de saberlo.
Más bien voy a intentar cerrar con una conclusión final, una conclusión sobre lo que nosotros (occidentales) llamamos desadaptación y por lo que nosotros consideramos necsaria la intervención.
Tras este largo estudio, creo que es hora de decir de nuevo ¿qué significa estar desadaptado?, pero claro, no sin antes preguntarnos ¿y estar o ser adaptado, qué es?
Para mí...
Estar adapatado, supone aceptar; ser capaz de cumplir; asumir; y llevar a cabo una dinámica establecida para una sociedad, desde la cual se interiorizan unas normas útiles para la convivencia, la organización y el orden de los intereses de cada uno, que deben respetar los intereses vecinos y que por ello, se agrupan y se integran en unas reglas. Siendo capaz de adecuar tu persona a estas reglas estipuladas para la buena convivencia, adquieres la categoría de "ser social adaptado."
Y entonces, estar inadaptado...
Por ende a lo dicho, ser inadaptado es no haber adquirido dicha categoría, es decir, no haber adaptado tu personalidad a dichas reglas. Sea por el motivo que sea y por voluntad o no, si no te adecúas a dichas estructuras no serás una persona adaptada y entonces, tal y como aquí lo entendemos, serás motivo de intervención.
Como bien dicen los estudios antropológicos sobre intervención; intervenir supone realizar acciones en torno a una situación que se juzga bajo unos criterios concretos como necesitada de cambio, con lo cual tiene una finalidad que debe disponer de un fundamento basado en este criterio establecido y que por su puesto, se verá ajustada al contexto donde se conciba.
En las sociedades occidentales, hemos optado por realizar clasificaciones que nos ayuden a pensar mejor la intervención, una clasificación en áreas de intervención (educación, salud, empleo, etc.), que luego se desglosa, tal y como venimos viendo a lo largo de la asignatura en clasificaciones aún más pequeñas (prostitución, menores, mayores, discapacidad, etc.), de modo que nos sistematicen y nos faciliten aún más el pensamiento.
Y así hemos dado lugar a una comodísima forma de mirar el mundo, todo está sistematizado: las personas sin trabajo deben conseguir un empleo; las personas sin hogar una casa; los niños sin padres un hogar,... y así las políticas sólo tienen que preocuparse de ofrecer los recursos "de los que disponen" para que estas necesidades se vean cubiertas (que no tiene por qué ser de manera aislada sino también combinada).
La cuestión es:
¿Qué estamos haciendo cuando favorecemos estos modos de intervenir?,
¿en qué dirección miramos cuando realizamos este tipo de intervenciones?,
cuando procuramos desde el nombre de profesionales de miembros del Estado, comida a un "pobre" (por su puesto en términos ecómicos) u ofrecemos un "hogar" a un menor en desamparo,...
¿qué estamos haciendo, con qué estamos contribuyendo?
¿hemos analizado el sentido profundo de nuestra actuación?
Si lo hemos hecho, sabremos que no estamos dirigiendo las actuaciones en la línea que a nosotros, como personas y no como máquinas de un juego, a nosotros, hombres y no "sujetos/objetos" de nada, verdaderamente nos interesa. Nos vemos sometidos a la merced de un sólo demonio y con este tipo de intervenciones, pienso que estamos colaborando.
A veces me doy cuenda de lo difícil que sería para mí ejercer mi propia profesión, pues no dudaría ni un momento en admitir que su labor actúa contra mi pensamiento, contra mi condición de humana.
Y como en toda buena crítica, ha de haber una buena propuesta.
Pues es sencilla, creo que no hay más que cambiar la dirección, reflexionar sobre ello, acordar cuál es el camino, y como en otras reflexiones dije, buscar el modo de trabajar desde la conciencia. Actuamos de este modo porque estamos concienciados de que este modo es lo correcto, así debemos hacerlo para ser personas adaptadas.
¿Sabemos qué somos?
Por último y para concluir, quisiera hacer mención a un fragmento de una obra de teatro (monólogo) que pude visionar ayer tarde en Tomares, Sevilla, llamada "Agamenón, volví del supermercado y dí una paliza a mi hijo" y que recomiendo tanto por la interpretación como por el mensaje (más amplio de lo que yo aquí escribo).
Haré un resumen interpretativo pero no tiene porqué adecuarse exactamente a la obra.
...
Tras contarnos en escena cómo este señor, al que interpretaba, había dejado caer todos sus pesares, sus equivocaciones, sus males sobre su mujer y sobre todo sobre su hijo a base de golpes, nos lleva a un restaurante de mitad de carretera.
Allí se sienta con su familia y pide alitas de pollo, pero no se las come. En todo su estado de furia, toma las alitas de pollo y pone seis alitas alineadas de tres en tres, perfectamente colocadas las seis, y rodeando a un sólo lado de estas escribe con ketchup: tragedia.
Le pregunta enfurecido a su hijo, por qué la tragedia está fuera a lo cual el niño no responde, y dice ¿no lo sabes?

Le explica que cada alita es un pais: Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, ... y acto seguido le ordena recoger toda la basura que haya en el restaurante y obliga a despejar las mesas de clientes. Toma la basura y la esparce por todas ellas y llama a todos a su mesa.
¿Qué pasa ahora? pregunta.
...
El caos ha sido construido desde aquí, mas aquí todo está en orden, la esperanza se encuentra entre toda esa basura, y ¿quien va a mojarse para cambiar esto?

sábado, 12 de junio de 2010

Sobre drogodependencias...


Esta exposición me sirvió sobre todo para realizar un análisis global de la desadaptación en general, pues ya cansada de atender a cuestiones similares durante todo el curso, no podía concentrarme en el colectivo en concreto y mi pensamiento divagaba por todos en general. De todos modos voy a realizar un intento de centrarme ahora y sintetizar lo que opino sobre las personas con problemas de drogodependencia.


Las drogas desde luego, son el demonio materializado. Yo creo que ya puedes ser la mejor persona del mundo y la más feliz de espíritu, que si ellas te tocan, te llevan al infierno o al menos te acercan mucho al calor de su fuego. En primer lugar es cierto que habría que clasificar los tipos de drogas y los grados de dependencia, de modo que adjunto mi propia diferenciación:


- Drogas normalizadas: entre las que se encuentran el tabaco, el alcohol y el cannabis.

- Drogas de primer grado: cocaina y drogas de síntesis (estasís, metanfetamina, gamma o extasís líquido, polvo de angel, poppers, etc.)

- Drogas de segundo grado: drogas inyectables como la heroína, la ketamina... aunque puedan ser consumidas de otros modos.


Lo que está claro es que generalmente el consumo de una sustancia es el que te lleva a la siguiente, salvo excepciones; algunas personas se estancan en un consumo o acaban dejándolo, mientras que otras aumentan las dosis o el nivel, y es en esta falta de control donde yace el gran problema del consumo.


Pienso que toda adicción es un problema, puesto que limita la libertad de quien la padece, obliga a disponer de dicha sustancia sean cuales sean las condiciones y suele tener efectos negativos para el consumidor. Para entender lo que pienso, pongamos un ejemplo: un empresario fumador que pretende realizar una venta, debe acudir a una reunión en la india donde debe pasar siete días para lograr la venta. Cuando llega se da cuenta de que se encuentra en un espacio buda donde obviamente está prohibido fumar y él comprede que no puede faltar el respeto si quiere lograr su objetivo. En los 100 kms más cercanos no ha encontrado ningún establecimiento que venda tabaco y a él se le ha agotado el suyo. El primer día en su tiempo libre, ha recorrido varios lugares en busca de tabaco, en el segundo se encuentra con verdaderas necesidades de fumar y ha seguido buscando, el tercer día probablemente su humor se verá totalmente afectado por la necesidad y sus relaciones dificilmente serán tan cordiales como al principio. Su estado de ansiedad por la falta de la sustancia habrá aumentado y para el día de cierre probablemente le haya afectado tanto, que habrá perdido su negocio, además no habrá disfrutado del viaje.


La necesidad ha obligado a la persona a sacrificar cosas importantes de su vida y ha creado estados emocionales perjudiciales para ella, sin embargo no tiene porqué ser consciente de ello.


Cualquier tipo de consumo de drogas pues, para mí es negativo y liberarse de él, provoca una sensación tan agradable que favorece el aumento de la autoestima, el fomento de la actividad y el incremento de la motivación de vivir.


Tanto el tipo como las formas de ser consumidas tienen relación en el grado de dependencia que se encuentra la persona toxicomana y por lo tanto en la intensidad del tratamiento que deban afrontar. Ningún tipo de abandono resulta fácil ni cómodo, y para lograrlo absoluto, es necesario haber tomado una decisión muy clara previamente. Mientras la persona no esté totalmente convencida no habrá posibilidades de que el tratamiento dé resultados.


En la actualidad existen muchos proramas y proyectos dedicados a este problema, muchos ofrecen resultados óptimos, y sus protocolos están muy bien organizados. Creo que si existe un alto grado de consumo no se debe a la falta de recursos en este sentido, sino más bien se vincula a otros factores de mayor profundidad y complejidad. Sin ir más lejos, nuestros compañeros encontraron varios recursos que no sólo se dedicaban al tratamiento sino también a la inserción laboral postdeshabituación. Entre ellos, la red de artesanos, centros de día, centros terapeuticos como proyecto hombre, varios movimientos asociativos, pisos de apoyos tutelados, etc.


Pienso que el consumo se ve normalizado en muchos casos, también en el ámbito universitario, sobre todo drogas normalizadas y de primer grado, creo que no interesa descubrir la parte negativa del consumo de drogas.


Bajo mi punto de vista, mientras no exista una conciencia de qué significa adicción y cómo influye esta en la personalidad y en la globalidad de la vida de una persona y de las que le rodean, no habrán intervenciones que abarquen un porcentaje tan amplio como para resolver este suceso. De hecho con las nuevas problemáticas emergentes de estrés laboral, de falta de confianza, de violencia, etc., que vienen de la mano de la mecanización y las nuevas tecnologías, me hago suposiciones de que el consumo va a aumentar como método de evasión del problema global.

Ojalá mi visión sea errónea.

Sobre discapacidad...

A esta exposición no asistí y no dispongo de mucha información sobre este tema, puesto que a día de hoy no me ha llamado la atención. Lo cual quiere decir, que se detectará un déficits de argumentación en mi opinión. Disculpen si a algún lector le parece bruta, pero desde luego, me servirá este espacio en un futuro, si mi opinión ha de ser cambiada, para darme cuenta de la necesidad de conocer para opinar.

Antes de comenzar he de decir que entiendo por discapcidad: falta de capacidad física o sensorial, en el segundo caso me refiero a una limitación de tipo auditivo, verbal o referida a alguno de los sentidos.

Quizá aún no me haya adentrado en este conocimiento, porque no considere motivo de desadaptación social el hecho de tener una falta de alguna capacidad, ya que en este caso, muchas personas debían englobarse en este grupo. Si consideramos que la ausencia de una capacidad física es determinante para desarrollar una vida normalizada, mal comienzo, pues en tal caso una persona con dificultad para relacionarse también será discapacitada, aunque no física sí en habilidad. ¿Debemos pues crear un nuevo colectivo, algo así como discapacidad de habilidad? Desde luego, yo no lo creo.

Pienso que es cierto que en la sociedad que vivimos no se facilitan, sino que en algunos casos incluso se obstaculizan aún más, las cosas para que una persona con discapacidad pueda desenvolverse, pero no sé, creo que deshaciéndonos de las barreras arquitectónicas y los estereotipos sociales, de los que en muchos casos incluso los propios afectados disponen, estas personas podrían hacer una vida bastante o muy normalizada.
Una vez vi un documental que trataba de cómo se desenvolvíann las familias de personas enanas en inglaterra, y realmente, habiendo adaptado a su estatura sus cosas, lo hacían todo con toda normalidad, él era jefe de empresa y ella una madre estupenda con hijos enanos y no enanos muy bien cuiados que llevaban una vida totalmente normalizada. Y sobre la sensorial puedo decir que, en chiclana, donde trabajo en verano, conozco al menos tres personas sordomudas con las que me comunico facilmente con gestos y a las cuales siempre creí que estaban bien adaptadas a todo lo que las rodea, también hay un señor que debido a una dsicapacidad física se mueve en un carro de motor y sinceramente siempre consideré que estaba bien integrado en este lugar.
Desde luego no conozco el dilema más personal que puedan tener luego, ya que no voy a sus casas con ellos para descubrir cómo se desenvuelven en todo caso, pero sin embargo ahora mismo, con lo poco que sé, sólo pienso que la discapacidad es un obstáculo que de algún modo puede colaborar en el crecimiento humano de las personas.
Si por ejemplo yo no pudiera oir, probablemente desarrollaría más otras capacidades como por ejemplo la intuición, el tacto o el olfato. Así funciona el mundo animal y también nosotros lo somos, ante una carencia, el propio cuerpo desarrolla otras habilidades, es cuestión de descubrirlas.
Finalmente creo que si se acepta la situación, se normaliza y se decide afrontarla, luego pueden desarollarse habilidades inimaginables, todo es cuestión del ojo con el que se mire...

Sobre personas sin hogar...


Este fue el tema que mi grupo y yo trabajamos durante el curso.

La verdad es que me ha parecido interesante, y el estudio me ha mostrado una parte de este entorno que desconocía. Para mi suerte, mis espectativas sobre este colectivo han sido superadas, ya que en un principio no pensé que existieran recursos de buena atención para estas personas.



El pasado año decubrí que las personas que se encuentran en situación de sin techo, que en Sevilla se ubican en su mayoría en los alrededores de la Macarena, tenían muchas dificultades para salir de dicha situación. Pensaba que el mundo las daba de lado por completo, y que todo lo que se hacía era meramente asistencial, y que asdemás no se tenía en absoluto en cuenta la globalidad de los casos.



Sin embargo tras este estudio, he podido descubrir que existen medios y métodos y anque se haya verificado mi sospecha de la asistencialidad estatal, es cierto que las actuaciones de entidades privadas disponen de servicios públicos por concierto, y que de algún modo y aunque en mínima instancia, existen intervenciones útiles en torno a esta problemática social.



Considero que ciertamente, como muchas bibliografías recogen, el estado en que se encuentran las personas sin hogar puede ser el máximo exponente de la marginalidad y la exclusión, y por su puesto también de la desadaptación. Por ello, quizá sería interesante tomar de ejemplo los buenos descubrimientos (como por ejemplo las actuaciones que llevan en Cáritas en Centro Amigo) y ampliar dichos recursos en número y servicios.


Sobre cómo desarrollamos la exposición he de decir, que estoy satisfecha, pero considero que podría haber sido mejorada. De todos modos, desde nuestra intención, intentamos que fuese diferente y que no se repitieran los conceptos y conocimientos que en las anteriores exposiciones se habían presentado, para no hacerla repetida y que tuviese una verdadera utilidad para los compañeros. Además por ser el último grupo, quisimos dejar buen sabor de boca, aunque quizá un pequeño mal entendido dejó ese poquito de amargor que en toda buena comida ha de estar presente :) .



Desde luego, me pareció que gran parte del grupo recibió la intención de nuestra exposición y que quedó satisfecha con la presentación realizada. Finalmente he de decir que pensamos que el hecho exponer a través de un recurso visual y no verbal, ofrecería la oportunidad de sacar conclusiones personales amplias, puesto que desde la propia persona se le daría una interpretación distinta, y que luego esto por ejemplo podría servir para debate y maximización de la información en una conversación externa. Además, el enfoque, aunque estuviese dirigido a este colectivo, podía adaptarse a cualquier situación y con este podrían extraerse conclusiones finales sobre la desadaptación en general.


En definitiva, estoy muy satisfecha con lo trabajado y con la nueva visión que he descubierto de las personas que se encuentran sin hogar.

miércoles, 9 de junio de 2010

Ahora mi opinión...

Como ya sabemos no existe una verdadera intervención con las personas reclusas que les ayude en su mayoría a reinsertarse en la sociedad y a adquirir ciertas habilidades para desarrollar en sociedad. Y todo porqué, porque como bien indica su nombre (reclusos), este sistema no pretende otra cosa que unificar todos los males de la sociedad y apartarlos del resto para que "no ensucien". No digo que la labor de los profesionales dentro tengan intención alguna, sólo que me parece que tal y como está establecido el sistema, no se pretende otra cosa que apartar las irregularidades que él mismo provoca a base de actuaciones "ocultas". Me parece tan egoista la actitud de este sistema, y no sólo en relación a los prisioneros, sino en general. Primero crea y establece unas reglas injustas, desequilibradas, incoherentes, excluyentes, diversificadoras, etc., y luego castiga a sus propias víctimas.

La reinserción se da tan sólo en un mínimo porcentaje, puesto que hay que tener verdaderas hagallas para salir adelante en las condiciones que estas personas se encuentran cuando llegan a estos límites. Y alguien se digna a decir, sin ningún tapujo que la prisión para algunos es un premio. ¿un premio? No creo que sepan lo que están diciendo con esto, pues ya están castigados por su propia condición, tan sólo el hecho de hacer el mal, ya está castigando a estas personas impidiéndoles su felicidad.

Pero no voy a centrarme en este (para mí) absurdo debate, puesto aunque sea obvio que algunas de las personas que se encuentran prisioneras tengan posibilidades reducidas de mejorar o cambiar su forma de ver la vida, (personas agresivas, violentas, injustas, etc. como pueden verla las personas que violan, asesinan, o castigan por su propia mano a otros, personas que hagan daño, y que deban estar efectivamente recluidas por su peligrosidad de no comprender la responsabilidad del respeto a las normas sociales), no creo que para ninguna de estas, la prisión sea un premio.

Puesto que en el momento de entrada a la cárcel, tu vida se ve reducida, limitada, sometida a una dinámica que marca sus propias directrices de actuación y que modifica la predisposición o identidad de estos individuos conforme a principios y valores negativos que ya están establecidos dentro.

Claro que todo en la vida es discutible y relativo y que todo depende de todo, pero yo no me centro en cómo esa persona pueda concebir la carcel, que sí en muchos casos puede ser concebida por ellos mismos como un seguro de alimento y su máxima meta en la vida, sino en lo que yo considero premio, felicidad, estabilidad, o como quieran llamarlo.

La cuestión es que en este tipo de espacios, la energía que fluye se contagia y la estructura sistémica interna se interioriza, en caso contrario "estás muerto". Es decir, o te haces a la dinámica que existe en "la selva" o lo pasas mal, es muy difícil que una energía luche contra una concentración de energía contraria.
Resumidamente y para que quede un poco más clara mi opinión, recojo las ideas principales de lo anteriormente expuesto:

- Las prisiones son agrupaciones que el sistema establece para "proteger" a la sociedad, sin embargo, no hace otra cosa que protegerse de ella misma, de su propia creación. (esta es una idea mucho más profunda y amplia)

- En las prisiones existe una dinámica interna común y propia, que está establecida también por los mismmos carcelarios y que es contagiada desde el momento de entrada.

- El propósito de este recurso no es la reinserción y apoyo, sino la reclusión, ocultismo y concentración de los "males sociales".

- Forma parte de la estrategia del sistema establecido.

- Muy difícilmente las personas que se encuentran en prisión pueden reestablecer su vida, pues precisan de una atención individualizada y de un cambio en las estructuras mentales o la dinámica de vida que no se ve apoyada por las instituciones.

- Quien piensa que la prisión es en algunos casos un premio no me parece que tenga una visión global de lo que a intervención y sociedad se refiere.

- Quien la considera un castigo pienso que no está analizando en su comlejidad y por completo las características de la sociedad en la que se desenbuelve.

- Existe un clima general de pesimismo, agresividad, violencia, frustraciones y tristeza dentro de estos espacios debido a la ausencia de libertad y a los pensamientos negativos que a menudo les inundan por su situación, que se ve contagiada a todo el que permanece dentro de esta esfera.

- Debemos luchar contra esto, las prisiones no son el mejor remedio, debemos actuar y como ya he dicho antes, creo que sería un buen comienzo la concienciación social.