domingo, 13 de junio de 2010

Parece que se acaba...

Al fin llegó el momento que tantos jóvenes estábamos esperando, el verano se acerca y la rutina cambia... la asignatura, "intervención ante problemas de desaptación social", llega a su fin.

Recuerdo el comienzo del curso, y también de la segunda parte. Al principio creí entender de qué hablábamos cuando decíamos "intervención" y pensaba que en teoría ya no podría aprenderse mucho más. Luego, en el segundo comienzo, parece que me enfadé con el mundo: ¿por qué habríamos de pasar tanto tiempo sentados, aburridos, sin saber qué decir, como estúpidas máquinas junto a otras aún más estúpidas con las que ni si quiera podemos comunicarnos? pensaba.

Resulta intersante descubrir cómo cambiamos tanto en tan poco tiempo, ¿cierto?
Pero bueno, este último espacio no voy a dedicarlo a una reflexión sobre mí ni sobre los aspectos en los que considero haber cambiado mi opinión o los retos que haya superado, creo que eso debía decirse por sí sólo y yo debía de ser capaz de saberlo.
Más bien voy a intentar cerrar con una conclusión final, una conclusión sobre lo que nosotros (occidentales) llamamos desadaptación y por lo que nosotros consideramos necsaria la intervención.
Tras este largo estudio, creo que es hora de decir de nuevo ¿qué significa estar desadaptado?, pero claro, no sin antes preguntarnos ¿y estar o ser adaptado, qué es?
Para mí...
Estar adapatado, supone aceptar; ser capaz de cumplir; asumir; y llevar a cabo una dinámica establecida para una sociedad, desde la cual se interiorizan unas normas útiles para la convivencia, la organización y el orden de los intereses de cada uno, que deben respetar los intereses vecinos y que por ello, se agrupan y se integran en unas reglas. Siendo capaz de adecuar tu persona a estas reglas estipuladas para la buena convivencia, adquieres la categoría de "ser social adaptado."
Y entonces, estar inadaptado...
Por ende a lo dicho, ser inadaptado es no haber adquirido dicha categoría, es decir, no haber adaptado tu personalidad a dichas reglas. Sea por el motivo que sea y por voluntad o no, si no te adecúas a dichas estructuras no serás una persona adaptada y entonces, tal y como aquí lo entendemos, serás motivo de intervención.
Como bien dicen los estudios antropológicos sobre intervención; intervenir supone realizar acciones en torno a una situación que se juzga bajo unos criterios concretos como necesitada de cambio, con lo cual tiene una finalidad que debe disponer de un fundamento basado en este criterio establecido y que por su puesto, se verá ajustada al contexto donde se conciba.
En las sociedades occidentales, hemos optado por realizar clasificaciones que nos ayuden a pensar mejor la intervención, una clasificación en áreas de intervención (educación, salud, empleo, etc.), que luego se desglosa, tal y como venimos viendo a lo largo de la asignatura en clasificaciones aún más pequeñas (prostitución, menores, mayores, discapacidad, etc.), de modo que nos sistematicen y nos faciliten aún más el pensamiento.
Y así hemos dado lugar a una comodísima forma de mirar el mundo, todo está sistematizado: las personas sin trabajo deben conseguir un empleo; las personas sin hogar una casa; los niños sin padres un hogar,... y así las políticas sólo tienen que preocuparse de ofrecer los recursos "de los que disponen" para que estas necesidades se vean cubiertas (que no tiene por qué ser de manera aislada sino también combinada).
La cuestión es:
¿Qué estamos haciendo cuando favorecemos estos modos de intervenir?,
¿en qué dirección miramos cuando realizamos este tipo de intervenciones?,
cuando procuramos desde el nombre de profesionales de miembros del Estado, comida a un "pobre" (por su puesto en términos ecómicos) u ofrecemos un "hogar" a un menor en desamparo,...
¿qué estamos haciendo, con qué estamos contribuyendo?
¿hemos analizado el sentido profundo de nuestra actuación?
Si lo hemos hecho, sabremos que no estamos dirigiendo las actuaciones en la línea que a nosotros, como personas y no como máquinas de un juego, a nosotros, hombres y no "sujetos/objetos" de nada, verdaderamente nos interesa. Nos vemos sometidos a la merced de un sólo demonio y con este tipo de intervenciones, pienso que estamos colaborando.
A veces me doy cuenda de lo difícil que sería para mí ejercer mi propia profesión, pues no dudaría ni un momento en admitir que su labor actúa contra mi pensamiento, contra mi condición de humana.
Y como en toda buena crítica, ha de haber una buena propuesta.
Pues es sencilla, creo que no hay más que cambiar la dirección, reflexionar sobre ello, acordar cuál es el camino, y como en otras reflexiones dije, buscar el modo de trabajar desde la conciencia. Actuamos de este modo porque estamos concienciados de que este modo es lo correcto, así debemos hacerlo para ser personas adaptadas.
¿Sabemos qué somos?
Por último y para concluir, quisiera hacer mención a un fragmento de una obra de teatro (monólogo) que pude visionar ayer tarde en Tomares, Sevilla, llamada "Agamenón, volví del supermercado y dí una paliza a mi hijo" y que recomiendo tanto por la interpretación como por el mensaje (más amplio de lo que yo aquí escribo).
Haré un resumen interpretativo pero no tiene porqué adecuarse exactamente a la obra.
...
Tras contarnos en escena cómo este señor, al que interpretaba, había dejado caer todos sus pesares, sus equivocaciones, sus males sobre su mujer y sobre todo sobre su hijo a base de golpes, nos lleva a un restaurante de mitad de carretera.
Allí se sienta con su familia y pide alitas de pollo, pero no se las come. En todo su estado de furia, toma las alitas de pollo y pone seis alitas alineadas de tres en tres, perfectamente colocadas las seis, y rodeando a un sólo lado de estas escribe con ketchup: tragedia.
Le pregunta enfurecido a su hijo, por qué la tragedia está fuera a lo cual el niño no responde, y dice ¿no lo sabes?

Le explica que cada alita es un pais: Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, ... y acto seguido le ordena recoger toda la basura que haya en el restaurante y obliga a despejar las mesas de clientes. Toma la basura y la esparce por todas ellas y llama a todos a su mesa.
¿Qué pasa ahora? pregunta.
...
El caos ha sido construido desde aquí, mas aquí todo está en orden, la esperanza se encuentra entre toda esa basura, y ¿quien va a mojarse para cambiar esto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario